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La costumbre de mirar para otro lado.



Un post especial para profes de Yoga.

Y no, no estoy hablando aquí de un tema social, sino de algo que con el paso del tiempo he notado que se propagó como un contagio. Tal vez tenga que ver con la necesidad de mostrarnos conocedores de lo que hacemos, mas hábiles… de sentir que estamos “al mando” … no lo sé y abro el dialogo al respecto.


Me refiero a la costumbre que he notado en diferentes salas Mysore, incluso en fotos publicadas en las redes, de clases y workshops, dónde el maestro a cargo está asistiendo a una persona y mirando a otra… ¿Estamos controlando? ¿Acaso tenemos que tener todo bajo control? Si estás controlando a los practicantes en los demás mats.... ¿Qué estás registrando de la persona con la estás?


Ya sabemos a estas alturas, que nuestra mente no funciona en multitasking, que no podemos estar en dos lugares al mismo tiempo, por lo tanto, cuando estamos asistiendo a alguien y mirando a otro practicante, nuestra atención directamente no está en la persona a la que asistimos, algo nos vamos a perder, aunque mas no sea por un instante. Puede ser que nos parezca que un instante no es nada, sin embargo, quien es asistido confía en que estas allí con él, presente 100% percibiendo con tu tacto las tensiones o relajaciones que suceden en su cuerpo; con el oído el sonido de su respiración que te indica si la persona esta luchando, tiene miedo, esta bloqueada o esta transitando suavemente el estado de asana y con la vista si esta bien alineado, si está cómodo, si su cuerpo esta relajado y activo donde debe…si su rostro indica algo en particular.

¿Cómo se supone entonces que creamos que podemos asistir o ajustar a alguien mientras controlamos a los demás bajo la justificación de estar atentos a todos? ¿Acaso nos piden, hace falta, es necesario que estemos en dos lugares al mismo tiempo?


Trabajar con el cuerpo de una persona siempre es un riesgo, se espera de nosotros que estemos presentes, utilizando todos nuestros sentidos, experiencia y conocimiento en el acompañamiento de los practicantes. Considero que es algo serio. ¿Acaso no hablamos en clase e intentamos además a desarrollar la presencia? ¿El estar en el aquí y ahora? ¿Que presencia ponemos si pretendemos que estamos en dos lugares al mismo tiempo??

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Veo mucho de esto en las salas Mysore y me apena. Yo misma he percibido como eso genera un abordaje de entradas y salidas bruscas de la asistencia porque el profe no termino de asistir a un practicante, que ya está yendo a otro mat. Es muy difícil confiar en alguien que te esta ajustando, y no esta con sus sentidos 100% en vos, y eso hace que como practicantes nos tensemos o nos los dejemos avanzar en su asistencia que, si estuviera 100% con nosotros, probablemente sería muy efectiva para nuestro avance. Cuando nos tensamos por no lo hacemos de manera consciente, nuestro cuerpo percibe el tacto del otro y reacciona de manera instintiva y si en clase de yoga nos mantenemos en alerta debido a la sensación de peligro, la práctica no estaría produciendo sus beneficios.


Yo, según la definición de Marian Rojas Estapé debo de ser una persona PAS (Personas Altamente Sensibles) porque he notado como sonidos que a nadie le molestan a mi me generan mucha incomodidad. Lo traigo a colación porque, por ejemplo, noto claramente el sonido al caminar del instructor a cargo… escucho los talones golpeando de un lado a otro de la sala, la respiración agitada y puedo notar que esa es la misma energía con la que empujan, aprietan, estrujan. Todos tienen las mejores intenciones, no esta en duda, pero al momento de tocar un cuerpo, no solo cuenta la intención, sino la acción.

Los seres humanos, tenemos la tendencia a copiar comportamientos. Si un maestro o instructor al que respetamos por sus conocimientos y experiencia, hace algo (tomar mate durante clase, explicar en voz baja, dar instrucciones en voz alta a quien esta al fondo del salón, o asistir aquí y mirar allá…) vamos a tender a copiarlo. Por el simple hecho de que decodificamos que ese comportamiento es correcto y naturalmente lo adoptamos. Muchas veces, nos lleva un tiempo observar desde otro punto de vista y replantearnos las cosas.


Creo sinceramente, que la sociedad veloz y multitasking en la que vivimos se está colando en las salas de yoga, influenciándolas, y anhelo que eso no suceda.

Si sos profe, instructor, aprendiz o colega… pensalo… esto no es una aseveración sin espacio al dialogo, es simplemente una reflexión en voz alta, tal vez, no lo habías pensado desde este punto de vista.



Volvamos a la presencia, a espacios enfocados en el momento presente, en darle toda nuestra atención a quien tenemos en frente… ya sea un practicante, una persona en el wpp o un correo electrónico; dejemos de quemarnos intentando mirar a todos al mismo tiempo, respondiendo a los requerimientos de todos. Volvamos al aquí y ahora, al espacio respirado, a simplemente estar, sin más…


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