top of page

Porque pago lo que pago… ¿o será que lo estoy invirtiendo?


“Lo barato sale caro” Anónimo

“Lo que se paga con plata es barato” Anónimo

“La salud es la riqueza real y no piezas de oro y plata”.-Mahatma Gandhi.

Si hay algo que no me sienta bien, son las frases alentadoras que podemos encontrar como pie de imagen en Instagram, en Facebook y en cuanta red social se pueda utilizar.

Me resultan siempre frases aleccionadoras, copiadas de algún libro o encontradas por allí, y siempre tengo la sensación que quien las sube no las ha internalizado del todo.

Por un lado, si quien las lee puede capitalizarlas, esta genial, bienvenido sea, han cumplido su cometido; pero debo decir que el solo hecho de leer frases simpáticas no nos cambiará la vida. Cambiar requiere decisión y constancia y sobre todo una renovada dosis convicción diaria, porque, como escuche a un maestro decir una vez, “el entusiasmo es energía prestada”…cuando se va el entusiasmo terminamos abandonando aquello que habíamos comenzamos con tanta energía.

Tal vez en otro momento me explaye sobre eso…Por lo pronto hoy pensaba en la salud y como comenzar a compartir con ustedes todo aquello que voy aprendiendo sin que suene a manual de auto ayuda o copete de instagram…asi que una vez más, me remito a que solo estoy compartiendo con ustedes aquello que yo misma transito…y el día que les cuente algo de manual que no he podido llevar adelante, prometo aclararlo…porque que yo no pueda no quiere decir que ustedes tampoco.

“Mantener el cuerpo con buena salud es un deber, de lo contrario no seremos capaces de mantener nuestro cuerpo y mente fuertes y claros”.-Buddha.

“Sanar es una cuestión de tiempo, pero a veces también es cuestión de oportunidad”.-Hipócrates.

“Tú eres tan importante para tu salud como ella lo es para ti.”-Terri Guillemets.

He llegado a la conclusión que no siempre practicar yoga en grupo es lo más saludable que uno puede hacer; como tampoco lo es practicar siempre solos, en casa utilizando el fantástico y enorme mundo youtubiano. (Pronto tendremos novedades en esa área)

Si bien el yoga aporta flexibilidad, mejora la coordinación, fortalece la musculación; la realidad es que no todos precisamos lo mismo. Sobre todo, si no somos del todo conscientes de nuestro cuerpo.

Una clase de 10 personas no es una clase multitudinaria, es una clase pequeña, sin embargo, con un docente guiando una típica clase de yoga, estando al frente, realizando (ya sea completa o en parte) las ásanas, poco tiempo físico tiene para ajustar/corregir/ indicar, uno a uno a sus alumnos los lugares donde están cometiendo equivocaciones.

No es preciso hacer todo perfecto; después de todo: ¿Qué es perfecto?; pero en el prueba y error es nuestra salud física estructural (huesos, músculos, tendones y fascias) los que están puestos en juego.

Supongamos que tomamos clase una vez por semana; supongamos que realizamos virabhadrasana o guerrero II una vez al mes. Supongamos que entre los 10 alumnos que somos la profesora recién llega a corregirme (y estoy tomando una postura relativamente sencilla que suele ser corregida con rapidez) ultima… o sea, habré pasado unos diez meses haciendo mal la postura… Es decir unas 10 clases… ni hablar si por incentivo propio y por ser concienzudo me tome un tiempo para practicar solo en casa… 10 veces en clase, durante casi un año, más las veces sola en casa, practicando una postura de forma incorrecta. Y ni hablar de que en la repetición se forma el hábito y el hábito es algo que a los seres vivos nos cuesta mucho modificar. De aquí que escuchemos muchas veces “Me lastimé en yoga” “Me lastimé en pilates”.

Por supuesto, sin ningún lugar a dudas que un arancel es más bajo cuantas más personas pueden participar en la clase; es decir, cuanto más generalizada es la clase, cuanta menos atención personalizada puedo brindar. No podemos esperar que una profe al frente de 10 o 12 personas pueda acercarse a cada uno a corregir y explicar lo que sea necesario…cuanto se detendría una clase si tuviera que hacerlo con cada uno…los “no corregidos” nos quedaríamos parados, esperando para poder continuar… Es decir que estas clases son inadecuadas? No, claro que no… desde mi punto de vista, son clases recomendables para aquellos con experiencia en yoga, que practican hace tiempo, que tienen registro de su cuerpo y de ser posible que no tengan ninguna disfunción intervertebral leve.

Entonces, al final, cuanto menos pago con billetes, más pago con mi salud. Puede que no lo vea hoy, puede que nunca suceda nada… pero tambien puede que en un futuro, algo mal hecho en yoga sea la causa de la dolencia, solo que a esa altura, puede también, que no lo sepa.

“La salud y alegría se engendran mutua y naturalmente”.-Joseph Addison.

“La actividad física no es solo una de las llaves más importantes para un cuerpo saludable, sino la base de una actividad intelectual dinámica y creativa”.-John F. Kennedy.

Entonces, si realmente queremos poner la salud en primer plano, sacar realmente beneficio de la actividad física que decidamos realizar, no hay nada mejor que un “entrenador personal”. Una clase mano a mano…uno a uno… de corazón a corazón. Una persona dedicada ese momento, exclusivamente a mí. Que va estudiando mi estructura vertebral en cada clase, que va a brindarme las herramientas que precisa mi cuerpo “hoy”, “aquí y ahora” teniendo en cuenta lo que cargo corporalmente por acumulación y lo que emocionalmente estoy viviendo. Una persona que me va a acompañar en el proceso de volverme saludable, de cuidar “mi hogar”, aquel en el que habito, tan complejo y perfecto que si se avería una cosa, todo el organismo irá al socorro de esa zona y compensará como pueda (otro día me explayo más aquí).

Es posible que para el bolsillo sea un esfuerzo extra; pero la realidad es que a largo plazo no solo es una inversión, es un ahorro.

Comencemos por darle el verdadero valor a las cosas, las situaciones, las emociones.

“Cuida de tu cuerpo, es el único lugar que tienes para vivir”.-Jim Rohn.


32 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page